martes, 4 de diciembre de 2007

EL CHUPACABRAS


El término Chupacabras es el nombre de un ser mitológico contemporáneo que ataca a animales de diferentes especies en zonas ganaderas, agrícolas o rurales. El mito tuvo origen en la isla de Puerto Rico. Se argumenta que existe en América Central y América del Sur, en países como México, Chile, Guatemala, en la isla de Puerto Rico, etc; y en algunas zonas del sur de Estados Unidos.

El mito del Chupacabras alcanzó la popularidad en la década de 1990, siendo utilizada su imagen para el diseño de camisetas, llaveros y diversos artículos turísticos. Los animales muertos, presuntamente por el ataque del chupacabra, no presentan sangre en sus cuerpos y presentarían como heridas un solo agujero; a diferencia de otros depredadores que en su mayoría, destrozan el cadáver.
Comúnmente ningún animal reacciona alarmado o presentan algún tipo de resistencia. ejemplos: Dueños comúnmente no reportan ruidos extraños, y ni siquiera ladridos de perros guardianes de sus animales; es más, los canes al ser observados posteriormente, reaccionan de forma muy extraña, y en algunos casos asustados.
Se indica comúnmente la falta de huellas del animal atacante, o si se presentan son escasas; similares a las de un canido de gran tamaño, algunas de las cuales presentan una prolongación en forma de talón. También llama la atención que estas pisadas se encuentran a diferentes distancias (4 a 5 metros), indicando que poseerían una gran habilidad para saltar.
Comúnmente no hay testigos directos de los ataques.
La mayoría de los ataques que no corresponden a estas características, normalmente luego de una investigación, corresponden a ataques de algún tipo de animal nativo o introducido en la zona del ataque (es el caso de los ratones hocicudos como el hocicudo rojizo que atacarían a los animales pequeños, o los perros); o ataques falsos de origen humano (normalmente para hacerse famosos)..

Suposiciones relacionadas con su probable origen
Algunas suposiciones a favor de su probable origen son las siguientes:
Animal "no clasificado" por la ciencia; por lo que debe ser estudiado por la criptozoología.
Una entidad extraterrestre (o un fallido experimento biológico extraterrestre en algunas teorías), que llegó por accidente o deliberadamente a localidades rurales en muchos lugares de América; por lo que debe ser estudiado por la ufología.
Entidad demoníaca que fue liberada en la tierra, posiblemente como castigo de los pecados humanos; por lo que debe ser estudiado por la demonología.
Experimento científico humano. Se dice que se puede tratar de una criatura creada experimentalmente por manipulaciónes genéticas.
Mutación natural: algunos creen que el chupacabras es una mutación o un capricho de la naturaleza al igual que también nacen corderos con cinco patas, o pollos con dos cabezas, etcétera.
Engendro producto de la contaminación: grupos ecologistas de América han difundido la idea de que el Chupacabras es la consecuencia de la contaminación producida por los agentes venenosos y tóxicos que el hombre ha depositado en la Tierra.
Una suposición en contra de su probable origen, pero no de los ataques, es la siguiente:
Los animales han sido muertos por un animal conocido como puede ser el Oxymycterus akodontius u otras especies de ratones hocicudos; perro, gatos, entre otros.

LICANTROPIA

La zoomorfosis es la metamorfosis de ciertos animales en otros, y de ahí se deriva la creencia en la capacidad de algunos hombres para transformarse en animales (sería una antropomorfosis) ya sea voluntariamente, mediante prácticas mágicas o por influjos no controlados, y que se encuentra extendida por todo el mundo.
El animal en el que el hombre se transforma es elegido según la zona geográfica donde vive y por el simbolismo que tiene en su ámbito cultural, correspondiendo habitualmente a los más fieros y dañinos, expresión básica del salvajismo de la naturaleza (en Europa Meridional es el lobo, aunque en la Europa del Norte es el oso; en America Septentrional ambos, el lobo y el oso, mientras que en América Meridional es el jaguar; en Africa Septentrional es la hiena y en Africa del Sur el león, el leopardo o el cocodrilo; en Asia Oriental la zorra; en la India el tigre...).
Estas ideas dieron lugar a muchas leyendas sobre humanos animalizados que en ocasiones se mezclaban con datos reales. Así nos encontramos con los berserkers u hombres-oso de los pueblos escandinavos, fieros y sangrientos luchadores que, bajo la influencia de ciertas drogas, se cubrían con pieles de oso para luchar embriagados contra sus enemigos, creyendo que así participaban de la naturaleza de la fiera hasta el punto de creerse transformados. También han sido famosos los hombres-león y los hombres-leopardo africanos, personas que disfrazándose con las pieles y atributos de dichos animales, actuaban la mayoría de las veces como sociedad secreta dentro de su comunidad, con el fin de luchar contra sus enemigos o hacer cumplir sus leyes y normas mediante actos vengativos e incluso llegando con cierta frecuencia al asesinato.
De igual forma que se atribuye un antropomorfismo en los dioses (por el que adoptan la forma o cualidades del ser humano), con mayor razón pueden presentar un zoomorfismo y transformarse en animales; el mito de Osiris nos relata que éste adoptó la forma de un lobo para ir a socorrer a Isis y a su hijo Horus en su lucha contra Seth, aunque el gran hito en esto de las transformaciones animales viene de la India en la figura de Vishnú y sus avatares, ya que asumió la forma de un pez, de una tortuga gigante, de un jabalí o de un monstruo mitad hombre mitad león. Tampoco se queda atrás el dios griego Zeus que, por motivos menos espirituales que Vishnú y más relacionados con su sacra entrepierna, se transformó en toro, cisne, águila o serpiente..
En el ámbito de la mitología también nos encontramos con quienes se han considerado descendientes o primos lejanos de los animales. Diversas tribus griegas como los misios declaraban ser descendientes de ratones, los arcadios de los osos, a los ofiógenes se les emparentaba con las serpientes y los mirmidones creían ser hormigas metamorfoseadas en hombres. Otros pueblos se preciaban de descender de los lobos como los licios, los dacios, los arcanos del Mar Caspio, los orkas frigios, los licaones de Arcadia, los lucenses españoles o los lucanos e irpinos de Italia...

Y es esta última, la figura del lobo como animal de referencia en la transformación zoomórfica del ser humano, la que en realidad nos interesará en este estudio. Y lo cierto es que ha sido una creencia bastante extendida por el mundo.
El término "licántropo" tiene su origen en Licaón, rey de Arcadia, que según las diferentes versiones de Pausanias, Platón y Ovidio, fue transformado en lobo por Zeus en castigo por haber intentado comprobar su divinidad invitándole a un banquete en el que sirvió un asado preparado con el cadáver de un niño.
A este tenebroso y peludo ser se le ha denominado de diversas formas. El término hombre-lobo desciende del latín lupus hominarius, aunque en el latín clásico se le llamaba versipellis (el que cambia de piel). En inglés se denomina werewolf (de wer, hombre y wolf, lobo, aunque antiguamente significaba ladrón); en francés se llama loup garou (que deriva de loup garwolf, cuyo significado es un redundante lobo hombre-lobo); en ruso eran volkodlak (de volk, lobo, y dlak, pelo); los servios les llamaban vulkodlak, los letones vilkacis, los lituanos vilkatas, los escandinavos vargulfr, los griegos brucolakas, los rumanos pryccolitchs, los portugueses lobarras, los gallegos le llamaban lobishome y los vascos gizonochoa (traducción literal de hombre lobo)...
Pese al amplio territorio geográfico en el cual los hombres lobo hicieron su aparición, el origen de la superstición nunca ha sido aclarado del todo. En los Balcanes y los Cárpatos se utilizaba indistintamente el término vrykolakas para referirse a los hombres lobo y a los seres resucitados de la tumba, es decir, los vampiros; y en realidad una epidemia de licantropía precedió a la que ya hemos conocido de vampirismo (se decía que los licántropos que no morían de forma definitiva eran los que posteriormente se convertían en vampiros).
El rey húngaro Segismundo (1368-1437) hizo que la Iglesia, en el concilio ecuménico de 1414, reconociera oficialmente la existencia de los hombres lobo. Este hecho, junto con una serie de condiciones sociales y sanitarias, hizo que en la Europa del siglo XVI la maldición del hombre lobo adquiriera enormes proporciones, implicando en ello a las autoridades eclesiásticas que tuvieron que iniciar una investigación oficial. Entre el año 1520 y mediados del siglo XVII, se enumeraron unos 30.000 casos de licantropía en toda Europa, especialmente en Francia, Serbia, Bohemia y Hungría.
Casos famosos han sido los de los franceses Pierre Bourgot y Michel Verdung en 1521, el de Gilles Garnier en 1573, el de un sastre de Chalons condenado a la hoguera en 1598, o los de la familia Gandillon o el vagabundo Jacques Roulet y sus familiares en el mismo año. Aunque son dignos de conocer y la lectura de las actas originales son sorprendentes, no vamos a adentrarnos en ellos pues escapan al objetivo de esta serie.
Dentro del caos de opiniones sobre la licantropía una de las que tuvo mayor fuerza durante la Edad Media, fue la que la atribuía al demonio o a sus subalternos. El demonólogo Lancre asumía, por ejemplo, que el animal preferido por el diablo para transformarse era el lobo, pues "el lobo es el enemigo mortal del cordero, en cuya forma fue figurado Jesucristo". Así existieron tendenciosas obras, que intentaban ser más o menos serias a la hora de tratar el tema, la más terrible fue el "Malleus Maleficarum" (1486) de los frailes dominicos Heinrich Kramer y James Sprenger, y la misma línea siguieron obras como "De la Démonomanie des Sorcières" (1580) donde el inquisidor y doctor francés Jean Bosin opinaba que "el diablo puede real y materialmente metamorfosear el cuerpo de un hombre en el de un animal y causar con ella la enfermedad"; esta teoría también fue defendida por Claudio, prior de Laval en Maine, cuya obra se tituló "Diálogos de la licantropía", o por Francesco Guazzo en su "Compendium Maleficarum". Por otra parte, el médico Jean de Nynauld en su "De la Lycanthropie, transformation et extase des sorciers" (1615) opinaba que el fenómeno de los hombres lobo se debía a una intoxicación por diferentes drogas o venenos. Posiblemente el intento más serio de acercarse al tema, tanto desde el punto de vista histórico como folklórico, es el llamado "El libro de los Hombres Lobo" (1865) del historiador, sacerdote, teólogo, novelista y folklorista inglés Sabine Baring-Gould (1834-1924).
Indudablemente ha sido el poco definido origen de la licantropía lo que ha dado lugar, ya sea directa o indirectamente, a múltiples opiniones referentes al tema. Si las resumimos un poco podremos ver tres tendencias básicas en cuanto a la explicación del porqué una persona puede convertirse en lobo. Una de ellas engloba a las transformaciones voluntarias (vestirse con la piel del animal, utilizar determinado objeto cedido por el diablo en persona, frotarse con ungüentos o beber pociones mágicas, etc); otra hace referencia a las transformaciones inducidas por otras personas (ya sean magos, brujas o personajes similares) y que podría ser aceptada conscientemente o de forma involuntaria y que se asociaría a una maldición; y la última, que recogería las transformaciones espontáneas (aunque en el fondo también son inducidas de alguna forma, aunque no por personas) como sería el clásico influjo de la Luna, pasar por encima del cuerpo de un lobo, beber agua donde ha bebido el animal, comer su carne o sus órganos, recibir la mordedura de un lobo, e incluso circunstancias más complejas como una herencia familiar o ser el séptimo hijo varón de un matrimonio...
Y quizá lo que más a contribuido a ofrecernos una versión especial del tema (en gran parte inventada sobre la marcha) ha sido, sin ninguna duda, el llamado cine de terror...

viernes, 3 de agosto de 2007

EL TRIANGULO DE LAS BERMUDAS



El Triángulo de las Bermudas, también conocido como el Triángulo del Diablo, es un área geográfica situada en el Océano Atlántico entre las islas Bermudas, Puerto Rico y Fort Lauderdale (Florida) (La unión de estos tres puntos forma, lógicamente, un triángulo). Es famoso porque en esa zona han habido numerosas despariciones de barcos y aviones, muchas de las cuales aún están sin explicación, así como ciertos fenómenos que algunos han reportado (luces, mal funcionamiento de brújulas, entre otros). El triángulo que forman los puntos antes mencionados es casi equilátero, con un área aproximada de 1.2 millones de km² (casi medio millón de millas cuadradas).
El pretendido misterio adquirió mucha fama, gracias especialmente a Charles Berlitz, autor del El Triángulo de las Bermudas (1974).
El Triángulo marca un corredor desde Atlántico norte que se estrecha hasta el norte a las Indias Orientales a lo largo del litoral norteamericano hasta llegar a las Carolinas. Durante la era de la vela, las naves que regresaban a Europa navegaban al norte de las Carolinas para aprovechar los vientos dominantes antes de girar hacia el este para cruzar el Atlántico norte. Esta ruta continuó hasta un poco después del desarrollo de las máquinas de vapor y los motores de combustión interna, lo cual significa que gran parte del tráfico del Atlántico Norte cruzó (y aún lo hace) a través del área del triángulo.
Otras áreas que a menudo se insinúa que poseen características inusuales son el Mar del Diablo, localizado cerca de Japón, y el Vértice Marysburgh ubicado en el este del Lago Ontario. Sin embargo, el "Mar del diablo" no es particularmente bien conocido en Japón, debido al hecho de que la mayoría de los botes perdidos fueron pequeñas embarcaciones pesqueras sin radio.
Cristóbal Colón mencionó el avistamiento de animales extraños cerca de los limites del triangulo e incluso hizo recorridos por el triángulo de las Bermudas. En un momento dado informó que él y su tripulación observaron "extrañas luces danzantes en el horizonte". En otro caso ellos observaron lo que parecía un meteoro cayendo.[2] En otro momento él escribió en su bitácora acerca de movimientos extraños de la brújula en este área.
La primera mención documentada acerca de desapariciones en el área se hizo en 1951 por E.V.W. Jones como periodista en el servicio de Prensa Asociada respecto a algunos barcos perdidos. El artículo de Jones notó la "misteriosa desaparición" de barcos, aviones y pequeños botes en la región y le dio el nombre de "Triángulo del Diablo". Posteriormente fue mencionado en 1952 en un artículo de Revista de Destino por George X. Sand, quien subrayó varias "extrañas desapariciones marinas". En 1964, Vincent Geddis se refirió al área como "El Mortal Triángulo de las Bermudas", después de esto el nombre "Triángulo de las Bermudas" se hizo común.
Incidentes famosos
1815:*1840: HMS Rosalie
1872: El Mary Celeste , uno de los misterios más grandes del océano, pero ocurrido muy lejos del Triángulo
1909: The Spray
1926: El SS Suduffco se pierde, probablemente debido al mal clima (incluso un capitán que navegó en el área en su búsqueda lo llamo "el peor clima que he visto en mi vida")
1938: El HMS Angloaustraliano se dirige a British Columbia desde Cardiff, Wales. Esta nave se pierde en Azores (a 2000 millas del Triángulo) después de emitir "en la tarde hemos pasado Fayal. Todo bien"
1948: Se pierden 4 aeronaves Tudor IV Star Tiger, con 31 pasajeros
1948: El DC-3 NC16002 se pierde con 28 pasajeros y la tripulación
1963: Desaparece el Marine Sulphur Queen, probablemente al desembarcar de Dry Tortugas; cargando azufre fundido y posiblemente sin medidas de seguridad
1967: un avión Militar YC-122, convertido a avión de carga se pierde
1967: El crucero Witchcraft desaparece a una milla de Miami; realizó una llamada a la guarda costera, pero a los 19 minutos no se encuentra rastro alguno.
1976: Se pierde el SS Sylvia L. Ossa en los mares pesados al oeste de las Bermudas
1997: Desaparecen unos pasajeros de un yate alemán
1999: Se pierde el fletador Genesis después de desembarcar del puerto español San Vicente; su carga incluía 465 toneladas de tanques de agua, tablas, hormigón y ladrillos; reportó problemas con una bomba un poco antes de perder el contacto. Se realizó una infructuosa búsqueda en un área de 33,000 millas cuadradas.

jueves, 2 de agosto de 2007

ABRAHAN VAN HELSING


El profesor Abraham Van Helsing es un personaje de ficción de la novela Drácula (1897) de Bram Stoker. Es un doctor holandés de edad avanzada y de variados intereses y logros, en parte confirmado por la serie de títulos que posee: Doctor en medicina, doctor en filosofía, doctor en letras, etc., pero es mejor conocido por ser un cazavampiros.
En la novela, Van Helsing es llamado por su antiguo estudiante Dr Seward, a ayudar con la misteriosa enfermedad de Lucy Westenra. Es Van Helsing el que se da cuenta que Lucy es víctima de un vampiro y guía al Dr. Seward y sus amigos en sus esfuerzos para salvar a Lucy y terminar con la amenaza de los vampiros de una vez por todas.
Algunas adaptaciones a la novela han tendido a sobresaltar el rol de Van Helsing como un experto en vampiros, algunas veces hasta el grado que esto representa la mayor ocupación del personaje. En la novela, sin embargo, el Dr. Seward no sospecha de esta característica de su viejo amigo (y además, no tiene sospechas de que los vampiros realmente existen, no mencionando que hay uno involucrado en el caso)y le pide su ayuda simplemente porque la aflicción de Lucy lo había desconcertado y Van Helsing sabía de "males extraños" como nadie más en el mundo.
Actores reconocidos han interpretado a Van Helsing en varias versiones de pantalla, incluyendo a Edward Van Sloan en la película de Universal Studios Drácula de 1931, Peter Cushing en Drácula del año 1958 de Hammer Films', Laurence Olivier la de 1979, Anthony Hopkins en Drácula de Bram Stoker (1992) y Mel Brooks en la parodia hecha en 1995. Hugh Jackman interpretó a Gabriel Van Helsing, en la película Van Helsing (2004) de Stephen Sommers
Además, hubo numerosos trabajos hechos con los descendientes de Van Helsing, que también debían pelear contra vampiros. Los ejemplos incluyen la historieta La tumba de Drácula, protagonizada por Rachel Van Helsing como miembro fundamental entre los cazadores. También existe un manga llamado Hellsing, en el cual Integra Hellsing lidera un grupo especial del gobierno británico (incluyendo un vampiro llamado Alucard, quien es el mismísimo Drácula) que luchan contra amenazas sobrenaturales; además, como mención curiosa, un personaje de la serie llamado Paladín Alexander Anderson, un sacerdote Católico cazavampiros que trabaja para la Sección XIII (una organización con fines similares a Hellsing) y que luchó contra Alucard, está basado físicamente en el van Helsing interpretado por el actor Edward Van Sloan. Y finalmente la película Drácula 2000 en la que el conde renace en pleno siglo XX y su principal rival es la joven Mary Heller (Mary Van Helsing), a la cual Drácula intenta convertir en vampiresa y ponerla de su lado.

miércoles, 1 de agosto de 2007

LOS NO VIVOS

Un vampiro es, en la cultura popular de varios países, una criatura que se alimenta de sangre de seres vivos para mantenerse activo. Probablemente la base de la mayoría de las ideas acerca de vampiros que forman parte de la cultura popular actual sea el libro Drácula de Bram Stoker, y las películas de cine basadas en él, como Nosferatu y Drácula de Bram Stoker. Algunos estudiosos del vampirismo han sugerido que estas leyendas se hallan relacionadas total o parcialmente con casos de patologías reales como la rabia; interesante el estudio del neurólogo español Juan Gómez Alonso Los vampiros a la luz de la medicina; o la porfiria. Junto con el hombre lobo, el vampiro es quizás el más famoso ser sobrenatural de la cultura popular humana.

Aunque la descripción de estas criaturas varía un poco entre autores, tienen varias características en común:
Fueron humanos mortales, pero ahora están en un estado no exactamente vivo pero tampoco muerto, de ahí que se les llame no-muertos.
Suelen ser de aspecto delgado y lánguido, con largas uñas y piel mortecina.
Según algunos autores, los vampiros no se reflejan en los espejos, ya que no poseen alma.
Necesitan sangre fresca para vivir.
Suelen tener fobia a los crucifijos y al agua bendita si son creyentes.
Pueden infectar a otros al morderlos, y convertirlos a su vez en vampiros. Los detalles varían.
Algunos, como Drácula de Stoker, necesitan dormir en tierra de suelo natal.
Poseen una fuerza sobrenatural.
Pueden convertirse en criaturas como lobos, ratas o murciélagos cuando se siente en peligro.
La mayoría sólo puede ser destruido por la luz del sol o al ser decapitado. Los verdaderos Nosferatu sólo pueden morir si se introduce plata bendita en su cuerpo y no hay sangre cerca de ellos en ese momento; de lo contrario, simplemente su cuerpo se destruirá sólo para reconstruirse nuevamente.
Si se le clava una estaca en el corazón, el vampiro no muere, sino que queda paralizado mientras tenga la estaca clavada. Según otras fuentes, si muere, pero hay que dejar la estaca clavada. Y debe ser de madera de ciertos árboles, como el roble.
Si se le decapita muere, en caso de que sea un vampiro de baja categoría (mordido por un vampiro no original).
Los verdaderos Nosferatus pueden soportar la luz del sol, aunque la odian. Los demás vampiros no soportan la luz del sol, que puede destruirlos o herirlos gravemente. Si les da la luz del sola los vampiros de baja categoría pueden morir pero si llegan a tiempo a la sombra, pueden curar sus quemaduras pues tiene gran capacidad de regeneración.
Se pueden alejar con ajo pues lo odian por su olor muy fuerte. Tampoco toleran el olor a rosas.
Para que un vampiro no original, o de baja categoría se vuelva un verdadero nosferatu debe de beber voluntariamente la sangre de aquel que lo mordió (que en este caso debe ser un nosferatu).
Es de destacar que la psiquiatría se ha interesado por estos casos de conducta anormal donde hay una necesidad compulsiva de sentir o ingerir la sangre, existiendo o no el autoengaño creencial de ser un vampiro. Muchos han sido diagnosticados como psicóticos o esquizofrénicos, aunque otros han definido su enfermedad como lo que podría encuadrarse en el llamado "vampirismo clínico" y que se ha intentado renombrar como Síndrome de Renfield, en referencia al personaje enfermo mental y siervo de Drácula que aparece en la obra de Stoker, un comedor compulsivo de moscas y arañas cuyo fin era el de absorberles su fuerza vital.
Pese a que este síndrome no está establecido ni aceptado completamente por el mundo médico, el psicólogo Richard Noll, en su libro "Bizarre Diseases of the Mind" (1990), dice que suele producirse con mayor frecuencia en los varones, e intenta establecer una serie de fases en su desarrollo:
Infancia: el primer estadio suele producirse durante la infancia, cuando el niño se ve involucrado en un incidente sangriento en el que descubre la excitación de la sangre.
Autovampirismo: donde descubre el placer que le provoca la visión o el sabor de su propia sangre.
Zoofagia: donde pasan a probar la sangre de animales, siendo especialmente atraídos por los denominados animales de compañía.
Vampirismo clínico: es el estado más avanzado del síndrome, en el que pasa a ingerir voluntariamente la sangre de otros seres humanos mordiendo a las víctimas por placer, lo que les proporciona una enorme satisfacción hasta llegar al éxtasis, ya que el sabor de la sangre actúa para ellos como si fuera una droga.

HOMBRE LOBO

El hombre lobo, también conocido como licántropo, es una criatura legendaria presente en muchas culturas independientes a lo largo del mundo. Se ha dicho que este es el más universal de todos los mitos (probablemente junto con el del vampiro), y aún hoy, mucha gente cree en la existencia de los hombres lobo o de otras clases de "hombres bestia".En el folclore y la mitología, un hombre lobo es una persona que se transforma en lobo, ya sea a propósito utilizando magia o involuntariamente, a causa de una maldición o de otro agente exterior. El cronista medieval Gervase de Tilbury asoció la transformación con la aparición de la luna llena, pero este concepto fue raramente asociado con el hombre lobo hasta que la idea fue tomada por los escritores de ficción moderna. La mayoría de las referencias modernas están de acuerdo en que un hombre lobo puede ser asesinado si se le dispara una bala de plata, aunque esto es producto de la narrativa moderna y no aparece en las leyendas tradicionales.Nadie sabe con exactitud cuándo se originaron las leyendas sobre hombres lobo. Puede que se trate de una superstición tan antigua como la humanidad misma, originada como explicación de diversas patologías. Así parecen indicarlo algunos casos datados, como, en España, el de Manuel Blanco Romasanta, en cuya vida se basa la película Romasanta. La caza de la bestia (2004).

Muchos de los hombres-lobo del pasado han sido explicados como casos de locura o como víctimas de enfermedades. Pero esto no responde a la pregunta crucial: ¿existen los hombres-lobo?

La presunta malignidad de los hombres-lobo, presente en la tradición popular, queda también reflejada en las modernas versiones cinematográficas del mito (en la foto, Paul Naschy en El retorno del hombre-lobo, de Jacinto Molina). Aunque los antiguos griegos y romanos, y hasta cierto punto los árabes, creían en la existencia ocasional, localizada, de hombres-lobo, la situación era muy diferente en la Europa de la Edad Media, época en que se suponía que el proceso de transformación de la persona en bestia era un fenómeno cotidiano. Todavía hoy, en algunas regiones, esta superstición no ha perdido del todo su antiguo poder de captación de la imaginación.Por ejemplo, en el interior de Argentina y Uruguay subsiste ampliamente la creencia de que todo séptimo hijo varón es siempre un lobisón, es decir, un hombre que todos los viernes de luna llena se convierte en lobo. (En algunas épocas ha sido costumbre en Argentina que los séptimos hijos varones sean apadrinados por el Presidente de la República, en un intento de contrarrestar su mal congénito.) En Galicia, la tradición del lobisome sigue tan arraigada como la de las meigas, y tampoco en Europa central y en Escandinavia ha desaparecido del todo esta creencia. ¿Cuál puede ser el origen de un fenómeno tan universal y -todavía- tan vivo?Probablemente se trata de un origen mítico, pero no deja de presentar también elementos históricos, demoníacos y psicológicos. La ciencia moderna halla en el tema del hombre-lobo pocos elementos fácilmente explicables, y muchos realmente inexplicables; esto no resulta extraño, pues esta superstición, que se remonta a un período más de mil años anterior al Cristianismo, contiene muchos elementos imposibles de racionalizar por el pensamiento moderno.A lo largo de los siglos, el desarrollo social del hombre ha reforzado todos los sentimientos benevolentes que nos distinguen de los animales. Por consiguiente, nuestros primitivos impulsos bestiales se están extinguiendo por falta de ejercicio, o están desapareciendo por efecto de las leyes. Pero este proceso que nos transforma de unos salvajes primitivos en personas a las que se llama civilizadas, es muy lento, y de vez en cuando se producen casos de lo que los psicólogos denominan atavismo, o sea, reversión a un tipo ancestral de carácter.De vez en cuando, nacen en países civilizados personas dotadas de apetitos y aficiones bestiales, que se deleitan en la más refinada crueldad y a las que llega a gustar la carne humana. La psicología moderna sabe cómo clasificar y explicar estos casos anormales, mas para la mente medieval, nada científica y altamente susceptible, sólo podían justificarse como obras del Diablo.Por tanto, tal vez no haya nada de extraño en el hecho de que en una época en que la transformación de hombres en lobos era una noción fácilmente admisible, estos monstruos de crueldad y depravado apetito fuesen considerados como capaces de asumir formas de bestias.

Al avanzar la civilización, tales mitos desaparecen junto con los animales que los originaron. Los sioux de Dakota del Norte, por ejemplo, creían antes firmemente en la aparición de un animal monstruoso que devoraba seres humanos; los sioux de hoy, en cambio, piensan de manera muy diferente ya que, tras olvidar su antigua mitología, comprenden ahora que la superstición surgió de la visión de unos simples huesos de mastodontes prehistóricos, hallados con frecuencia en aquellas llanuras.El punto de partida de la superstición del hombre-lobo es probablemente una costumbre de las sociedades primitivas; ésta consistía en disfrazarse de animales para explorar el terreno. Como los lobos, merodeaban en busca de alimento, y es lógico pensar que las informaciones sobre ellos debían representarlos como poseedores, en sus disfraces, de todas las propiedades feroces del animal al que imitaban y, finalmente, incluso de la de poder asumir forma de animal, completa o parcial, durante períodos más o menos largos.Algunas de las historias de los indios norteamericanos sobre hombres-lobo representan a estos seres sólo con cabeza, manos y pies de lobo. La transformación en lobo en Francia, Alemania, Escandinavia y algunos países de la Europa oriental es causada por una camisa o faja confeccionada con piel de lobo, una supervivencia de la capa o manto que originariamente cubría todo el cuerpo.