martes, 4 de diciembre de 2007

EL CHUPACABRAS


El término Chupacabras es el nombre de un ser mitológico contemporáneo que ataca a animales de diferentes especies en zonas ganaderas, agrícolas o rurales. El mito tuvo origen en la isla de Puerto Rico. Se argumenta que existe en América Central y América del Sur, en países como México, Chile, Guatemala, en la isla de Puerto Rico, etc; y en algunas zonas del sur de Estados Unidos.

El mito del Chupacabras alcanzó la popularidad en la década de 1990, siendo utilizada su imagen para el diseño de camisetas, llaveros y diversos artículos turísticos. Los animales muertos, presuntamente por el ataque del chupacabra, no presentan sangre en sus cuerpos y presentarían como heridas un solo agujero; a diferencia de otros depredadores que en su mayoría, destrozan el cadáver.
Comúnmente ningún animal reacciona alarmado o presentan algún tipo de resistencia. ejemplos: Dueños comúnmente no reportan ruidos extraños, y ni siquiera ladridos de perros guardianes de sus animales; es más, los canes al ser observados posteriormente, reaccionan de forma muy extraña, y en algunos casos asustados.
Se indica comúnmente la falta de huellas del animal atacante, o si se presentan son escasas; similares a las de un canido de gran tamaño, algunas de las cuales presentan una prolongación en forma de talón. También llama la atención que estas pisadas se encuentran a diferentes distancias (4 a 5 metros), indicando que poseerían una gran habilidad para saltar.
Comúnmente no hay testigos directos de los ataques.
La mayoría de los ataques que no corresponden a estas características, normalmente luego de una investigación, corresponden a ataques de algún tipo de animal nativo o introducido en la zona del ataque (es el caso de los ratones hocicudos como el hocicudo rojizo que atacarían a los animales pequeños, o los perros); o ataques falsos de origen humano (normalmente para hacerse famosos)..

Suposiciones relacionadas con su probable origen
Algunas suposiciones a favor de su probable origen son las siguientes:
Animal "no clasificado" por la ciencia; por lo que debe ser estudiado por la criptozoología.
Una entidad extraterrestre (o un fallido experimento biológico extraterrestre en algunas teorías), que llegó por accidente o deliberadamente a localidades rurales en muchos lugares de América; por lo que debe ser estudiado por la ufología.
Entidad demoníaca que fue liberada en la tierra, posiblemente como castigo de los pecados humanos; por lo que debe ser estudiado por la demonología.
Experimento científico humano. Se dice que se puede tratar de una criatura creada experimentalmente por manipulaciónes genéticas.
Mutación natural: algunos creen que el chupacabras es una mutación o un capricho de la naturaleza al igual que también nacen corderos con cinco patas, o pollos con dos cabezas, etcétera.
Engendro producto de la contaminación: grupos ecologistas de América han difundido la idea de que el Chupacabras es la consecuencia de la contaminación producida por los agentes venenosos y tóxicos que el hombre ha depositado en la Tierra.
Una suposición en contra de su probable origen, pero no de los ataques, es la siguiente:
Los animales han sido muertos por un animal conocido como puede ser el Oxymycterus akodontius u otras especies de ratones hocicudos; perro, gatos, entre otros.

LICANTROPIA

La zoomorfosis es la metamorfosis de ciertos animales en otros, y de ahí se deriva la creencia en la capacidad de algunos hombres para transformarse en animales (sería una antropomorfosis) ya sea voluntariamente, mediante prácticas mágicas o por influjos no controlados, y que se encuentra extendida por todo el mundo.
El animal en el que el hombre se transforma es elegido según la zona geográfica donde vive y por el simbolismo que tiene en su ámbito cultural, correspondiendo habitualmente a los más fieros y dañinos, expresión básica del salvajismo de la naturaleza (en Europa Meridional es el lobo, aunque en la Europa del Norte es el oso; en America Septentrional ambos, el lobo y el oso, mientras que en América Meridional es el jaguar; en Africa Septentrional es la hiena y en Africa del Sur el león, el leopardo o el cocodrilo; en Asia Oriental la zorra; en la India el tigre...).
Estas ideas dieron lugar a muchas leyendas sobre humanos animalizados que en ocasiones se mezclaban con datos reales. Así nos encontramos con los berserkers u hombres-oso de los pueblos escandinavos, fieros y sangrientos luchadores que, bajo la influencia de ciertas drogas, se cubrían con pieles de oso para luchar embriagados contra sus enemigos, creyendo que así participaban de la naturaleza de la fiera hasta el punto de creerse transformados. También han sido famosos los hombres-león y los hombres-leopardo africanos, personas que disfrazándose con las pieles y atributos de dichos animales, actuaban la mayoría de las veces como sociedad secreta dentro de su comunidad, con el fin de luchar contra sus enemigos o hacer cumplir sus leyes y normas mediante actos vengativos e incluso llegando con cierta frecuencia al asesinato.
De igual forma que se atribuye un antropomorfismo en los dioses (por el que adoptan la forma o cualidades del ser humano), con mayor razón pueden presentar un zoomorfismo y transformarse en animales; el mito de Osiris nos relata que éste adoptó la forma de un lobo para ir a socorrer a Isis y a su hijo Horus en su lucha contra Seth, aunque el gran hito en esto de las transformaciones animales viene de la India en la figura de Vishnú y sus avatares, ya que asumió la forma de un pez, de una tortuga gigante, de un jabalí o de un monstruo mitad hombre mitad león. Tampoco se queda atrás el dios griego Zeus que, por motivos menos espirituales que Vishnú y más relacionados con su sacra entrepierna, se transformó en toro, cisne, águila o serpiente..
En el ámbito de la mitología también nos encontramos con quienes se han considerado descendientes o primos lejanos de los animales. Diversas tribus griegas como los misios declaraban ser descendientes de ratones, los arcadios de los osos, a los ofiógenes se les emparentaba con las serpientes y los mirmidones creían ser hormigas metamorfoseadas en hombres. Otros pueblos se preciaban de descender de los lobos como los licios, los dacios, los arcanos del Mar Caspio, los orkas frigios, los licaones de Arcadia, los lucenses españoles o los lucanos e irpinos de Italia...

Y es esta última, la figura del lobo como animal de referencia en la transformación zoomórfica del ser humano, la que en realidad nos interesará en este estudio. Y lo cierto es que ha sido una creencia bastante extendida por el mundo.
El término "licántropo" tiene su origen en Licaón, rey de Arcadia, que según las diferentes versiones de Pausanias, Platón y Ovidio, fue transformado en lobo por Zeus en castigo por haber intentado comprobar su divinidad invitándole a un banquete en el que sirvió un asado preparado con el cadáver de un niño.
A este tenebroso y peludo ser se le ha denominado de diversas formas. El término hombre-lobo desciende del latín lupus hominarius, aunque en el latín clásico se le llamaba versipellis (el que cambia de piel). En inglés se denomina werewolf (de wer, hombre y wolf, lobo, aunque antiguamente significaba ladrón); en francés se llama loup garou (que deriva de loup garwolf, cuyo significado es un redundante lobo hombre-lobo); en ruso eran volkodlak (de volk, lobo, y dlak, pelo); los servios les llamaban vulkodlak, los letones vilkacis, los lituanos vilkatas, los escandinavos vargulfr, los griegos brucolakas, los rumanos pryccolitchs, los portugueses lobarras, los gallegos le llamaban lobishome y los vascos gizonochoa (traducción literal de hombre lobo)...
Pese al amplio territorio geográfico en el cual los hombres lobo hicieron su aparición, el origen de la superstición nunca ha sido aclarado del todo. En los Balcanes y los Cárpatos se utilizaba indistintamente el término vrykolakas para referirse a los hombres lobo y a los seres resucitados de la tumba, es decir, los vampiros; y en realidad una epidemia de licantropía precedió a la que ya hemos conocido de vampirismo (se decía que los licántropos que no morían de forma definitiva eran los que posteriormente se convertían en vampiros).
El rey húngaro Segismundo (1368-1437) hizo que la Iglesia, en el concilio ecuménico de 1414, reconociera oficialmente la existencia de los hombres lobo. Este hecho, junto con una serie de condiciones sociales y sanitarias, hizo que en la Europa del siglo XVI la maldición del hombre lobo adquiriera enormes proporciones, implicando en ello a las autoridades eclesiásticas que tuvieron que iniciar una investigación oficial. Entre el año 1520 y mediados del siglo XVII, se enumeraron unos 30.000 casos de licantropía en toda Europa, especialmente en Francia, Serbia, Bohemia y Hungría.
Casos famosos han sido los de los franceses Pierre Bourgot y Michel Verdung en 1521, el de Gilles Garnier en 1573, el de un sastre de Chalons condenado a la hoguera en 1598, o los de la familia Gandillon o el vagabundo Jacques Roulet y sus familiares en el mismo año. Aunque son dignos de conocer y la lectura de las actas originales son sorprendentes, no vamos a adentrarnos en ellos pues escapan al objetivo de esta serie.
Dentro del caos de opiniones sobre la licantropía una de las que tuvo mayor fuerza durante la Edad Media, fue la que la atribuía al demonio o a sus subalternos. El demonólogo Lancre asumía, por ejemplo, que el animal preferido por el diablo para transformarse era el lobo, pues "el lobo es el enemigo mortal del cordero, en cuya forma fue figurado Jesucristo". Así existieron tendenciosas obras, que intentaban ser más o menos serias a la hora de tratar el tema, la más terrible fue el "Malleus Maleficarum" (1486) de los frailes dominicos Heinrich Kramer y James Sprenger, y la misma línea siguieron obras como "De la Démonomanie des Sorcières" (1580) donde el inquisidor y doctor francés Jean Bosin opinaba que "el diablo puede real y materialmente metamorfosear el cuerpo de un hombre en el de un animal y causar con ella la enfermedad"; esta teoría también fue defendida por Claudio, prior de Laval en Maine, cuya obra se tituló "Diálogos de la licantropía", o por Francesco Guazzo en su "Compendium Maleficarum". Por otra parte, el médico Jean de Nynauld en su "De la Lycanthropie, transformation et extase des sorciers" (1615) opinaba que el fenómeno de los hombres lobo se debía a una intoxicación por diferentes drogas o venenos. Posiblemente el intento más serio de acercarse al tema, tanto desde el punto de vista histórico como folklórico, es el llamado "El libro de los Hombres Lobo" (1865) del historiador, sacerdote, teólogo, novelista y folklorista inglés Sabine Baring-Gould (1834-1924).
Indudablemente ha sido el poco definido origen de la licantropía lo que ha dado lugar, ya sea directa o indirectamente, a múltiples opiniones referentes al tema. Si las resumimos un poco podremos ver tres tendencias básicas en cuanto a la explicación del porqué una persona puede convertirse en lobo. Una de ellas engloba a las transformaciones voluntarias (vestirse con la piel del animal, utilizar determinado objeto cedido por el diablo en persona, frotarse con ungüentos o beber pociones mágicas, etc); otra hace referencia a las transformaciones inducidas por otras personas (ya sean magos, brujas o personajes similares) y que podría ser aceptada conscientemente o de forma involuntaria y que se asociaría a una maldición; y la última, que recogería las transformaciones espontáneas (aunque en el fondo también son inducidas de alguna forma, aunque no por personas) como sería el clásico influjo de la Luna, pasar por encima del cuerpo de un lobo, beber agua donde ha bebido el animal, comer su carne o sus órganos, recibir la mordedura de un lobo, e incluso circunstancias más complejas como una herencia familiar o ser el séptimo hijo varón de un matrimonio...
Y quizá lo que más a contribuido a ofrecernos una versión especial del tema (en gran parte inventada sobre la marcha) ha sido, sin ninguna duda, el llamado cine de terror...